14 de mayo de 2012

Ruptura de contrato


Hace tiempo la OMC denunció que en demasiados lugares de la vieja Europa educación y sanidad no seguían las reglas del libre mercado. Cuando, al fin, se dio con la enorme excusa de la crisis, el camino hacia el negocio educativo y sanitario ha quedado salvíficamente justificado y, además, ha de recorrerse con prisa.
De ahí el estrangulamiento creciente de la educación, desdoblado en dos frentes: recortes y privatización. Palabras vetadas por nuestros actuales dirigentes, que emplean otras como ajustes, optimización y racionalización para esconder la primera y libertad de elección, fomento de la excelencia, cogestión para ocultar la segunda.
Medidas económicas del presente que obedecen una juramentación, cuyo fin es destruir la educación como motor de progreso humano. No es un ataque inocente, pues destroza el proyecto de justicia social desde sus bases. Tampoco es noble, pues actúa con efecto retardado.
Kant parece haber escrito para nuestro momento al plantear, hace ya dos siglos, la hipótesis de un pacto destinado a someter al pueblo. Dócil a cualquier gobierno, menor de edad, rebaño. Señala que el medio empleado sería la perpetuación de un dogma religioso. Hoy el dogma está en la religión del mercado financiero. Las palabras de Kant son rotundas: 
Un contrato semejante, que excluiría para siempre toda ulterior Ilustración del genero humano, es, sin más, nulo y sin efecto, aunque fuera confirmado por el poder supremo, el congreso y los más solemnes tratados de paz. Una época no puede obligarse ni juramentarse para colocar a la siguiente en una situación tal que le sea imposible ampliar sus conocimientos (sobre todo los muy urgentes), depurarlos de errores y, en general, avanzar en la Ilustración. Sería un crimen contra la naturaleza humana, cuyo destino primordial consiste, justamente, en ese progresar. Por tanto, la posteridad está plenamente autorizada para rechazar aquellos acuerdos, aceptados de forma incompetente y ultrajante. 
(KANT: Respuesta a la pregunta ¿qué es ilustración?)

1 comentario:

Manuel Marcos dijo...

Hola Miguel Ángel. A ver hasta cuando aguanta este estilo de hacer política para que los mercados cenen a la carta. Les va a pasar lo que al rey, cuando vuelvan de la caza del elefante en una simple escalerita se irán al traste con sus optimizaciones hobbesianas del género humano.

Un abrazo.