11 de septiembre de 2012

Maquiavelo en la ruleta

Los políticos de la comunidad de Madrid recibían ayer, con doble entusiasmo, la decisión del magnate de Las Vegas Sands para ubicar el “Eurovegas” en sus terrenos. Crecerá la oferta de empleo (dicen) y les han ganado por la mano a los catalanes (eso no lo dicen, en público).
Entusiasmo que tratan de contagiar, a través de los medios de comunicación, con la infalible zanahoria de unos 200.000 puestos de trabajo. ¿Quién se resiste en medio de la situación actual a este sueño?
Entusiasmo ya vivido, hace poco tiempo, entre los políticos de Aragón cuando se anunció el proyecto de Gran Scala, ¡Las Vegas de los Monegros! Pero el cierzo sopló y solo quedan los Monegros viéndolo pasar río abajo. Igual que otras tierras han visto pasar proyectos similares.
Cataluña no podía quedarse impasible y anuncia Barcelona World, un macroparque turístico con seis áreas temáticas y unos 40.000 empleos.
Los parques temáticos, a excepción de Port Aventura, son deficitarios y han supuesto enormes pérdidas de dinero público, es decir, de usted y mío, que ha pasado ¡curiosamente! a manos privadas.
Qué decir de un Eurovegas, un paraíso que obliga incluso a cambiar la legislación en temas de alcohol, tabaco, juego, ludopatías, derechos laborales (los pocos que aún quedan), penales e inmigración.
Un caso práctico de maquiavelismo, que tanto condenan con grandes bocas los mismos que ahora justifican el proyecto porque necesitamos generar empleo. Pero el empleo no justifica los medios para lograrlo, ¿porqué, si no, se combate la prostitución o el tráfico de drogas, siendo impresionantes generadores de riqueza?
¿Qué puestos de trabajo son esos y para quién? Me recuerdan la canción del Arremójate la tripa de Labordeta: “los hijos de la María se han marchado a Nueva York, uno trabaja de negro y otro de indio en un saloon”
 

 ¡No va más señores!

2 comentarios:

Manuel Marcos dijo...

Solamente lo barato se compra con el dinero. Lo importante no es el precio sino el valor de las cosas. Dominar en su manera y así nadie se libera. Se transforman en esclavos de lo que conquistan. Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo. Qué me importa ganar diez si se contar hasta seis.

Aquí te dejo estos párrafos de Facundo Cabral. No añado nada más, que hagan juego.

Un abrazo
Manuel

M. A. Velasco León dijo...

Bonita canción, Manuel, hacía años que no sonaba en mi mente.
No perdamos la confianza en que tarde o temprano salte la banca.
Salud.